La Arquitectura Conectada al Exterior
- EJC
- 31 ene
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 19 mar
El ser humano fue diseñado para vivir en el exterior; dormían bajo las estrellas, se alimentaban rodeados de paisajes naturales y vivían en contacto directo con el mundo que los rodeaba. Sin embargo, en la era moderna, hemos pasado a vivir mayormente entre cuatro paredes, desconectados de los escenarios que inspiraron nuestra esencia.
Como despacho de arquitectura, partimos de esta premisa: el humano se asombra del exterior. El cielo abierto, la luz natural, la brisa en el rostro y los sonidos del entorno generan una sensación de pertenencia que ningún espacio cerrado puede replicar. Pero, si bien nuestra realidad actual nos mantiene mayormente en interiores, creemos firmemente que el diseño y la arquitectura tienen el poder de devolvernos esas emociones positivas que emanan del contacto con la naturaleza.
Nuestro enfoque no es simplemente construir espacios funcionales, sino también crear ambientes que despierten emociones de tranquilidad, asombro y armonía, incorporando elementos que evocan el exterior: luz natural que se filtra suavemente a través de ventanales amplios, materiales orgánicos que conectan con la tierra, y transiciones fluidas entre el interior y el exterior para recordar que estos no son mundos opuestos, sino extensiones uno del otro.
La arquitectura se convierte así en un puente emocional, un medio para traer el exterior al interior. Los espacios tienen el poder de transformar el estado de ánimo, de hacer sentir a las personas conectadas con algo mayor que ellas mismas. Desde un pequeño patio interior que enmarca un árbol hasta terrazas que se funden con el horizonte, creemos que la arquitectura debe recordar al humano su lugar en el mundo: parte de algo vivo y cambiante.




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